Activos de renta variable

Hay multitud de ratios financieros utilizados por los inversores para calibrar la salud de una empresa. Algunos miden el flujo de caja y la rentabilidad, mientras que otros se utilizan para determinar la salud del balance de una empresa. El coeficiente de fondos propios sobre activos es una de estas últimas mediciones, y se utiliza para evaluar el apalancamiento financiero de una empresa.

De los fondos propios y los activos

Establece tus cuentas separadas para cubrir lo esencial (gastos básicos).

Suma los gastos esenciales que son de renta fija y renta variable para el año y divídelos por 12. A continuación, establece una cuenta bancaria separada para pagar esos y etiquétela como “esenciales”. El objetivo es conocer la cifra mensual que necesitarás para financiar estos gastos con tus ingresos o con las reservas salariales que hayas establecido.

El balance recibe su nombre porque es el balance entre el activo y el pasivo más los fondos propios. El activo mide todos los recursos con valor económico que pueden convertirse en efectivo. Pueden ser, entre otros, los bienes inmuebles, los equipos, las existencias, las materias primas y el efectivo.

Los fondos propios, en cambio, son la diferencia entre el valor de los activos de una empresa y todos sus pasivos. Un ejemplo sencillo sería el valor del patrimonio neto de la propia casa, que es el valor de la propiedad menos el saldo de la hipoteca. En otras palabras, el patrimonio neto es lo que quedaría después de vender el activo.

En cierto sentido, la relación entre el patrimonio neto y los activos no es más que una forma simplificada de ver un balance y de destilarlo para responder a una pregunta: ¿Qué porcentaje de los activos de una empresa poseen los inversores? La fórmula es: Patrimonio neto / Activos totales = Ratio de fondos propios/activos.

Para convertirse en uno de esos deudores, lo único que tiene que hacer es comprar acciones. Pero para eso, necesitarás una cuenta de corretaje, si no la tienes ya.

Lo que nos dice la relación entre el patrimonio y los activos

Ahí está la clave de la relación entre los fondos propios y los activos, que consiste en determinar qué porcentaje de los activos de una empresa es propiedad de los inversores y no está apalancado y, por tanto, podría quedar bajo el control de los deudores (como los bancos) en caso de quiebra. Cuanto mayor sea la relación entre el capital y los activos, menos apalancada estará la empresa, lo que significa que un mayor porcentaje de sus activos es propiedad de la empresa y de sus inversores.

Aunque lo ideal sería un ratio del 100%, eso no significa que un ratio inferior sea necesariamente motivo de preocupación. Algunos activos, como los que generan ingresos estables, como los oleoductos o los inmuebles, suelen tener un mayor apalancamiento. Por lo tanto, lo importante de esta métrica no es la cifra en sí misma, sino cómo se compara en términos relativos con sus homólogos del sector.

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