¿Qué es un ETF inteligente?

Un ETF inteligente es un fondo cotizado (ETF) que emplea una estrategia de inversión activa basada en un índice amplio, como el S&P 500, o en un índice sectorial. El fondo puede optar por excluir algunos valores del índice y aumentar o disminuir la ponderación porcentual de otros valores.

La mayoría de los ETF inteligentes tienen unos coeficientes de gastos más elevados que los ETF estándar, así como unos coeficientes de rotación sustancialmente más altos. Un ETF inteligente también se conoce como smart ETF.

 

Conociendo su funcionamiento

La mayoría de los ETF se gestionan de forma pasiva, con el objetivo de replicar los rendimientos del mercado de renta variable en general o de un sector o tendencia específicos reflejando las participaciones de un índice designado, una cartera hipotética de valores que representan un mercado concreto o un segmento del mismo.

Los ETF inteligentes difieren. Siguen una serie de normas objetivas, que varían según el fondo, para seleccionar valores en función de sus méritos como inversores. El cumplimiento de estas directrices lleva al fondo a desviarse del índice base. Esto convierte automáticamente a los ETF inteligentes en vehículos activos, aunque la selección de valores y las ponderaciones no se dejan totalmente a la discreción del gestor de cartera.

 

¿Qué son los ETFs inteligentes?

 

Algunos ETF inteligentes tienen índices internos o propios que simplemente se replican dentro del ETF. Sin embargo, muchos de estos índices internos no pueden examinarse fácilmente y no constituyen inversión pasiva, ya que difieren de los índices de referencia oficiales y tratan de batirlosLas reglas que imponen los ETF inteligentes pueden estar relacionadas con la valoración de los valores, los fundamentales de las empresas, el rendimiento de las acciones o algún otro factor que utilice métricas internas o sistemas de caja negra, un programa informático diseñado para transformar diversos datos en estrategias de inversión útiles.

 

 

Ventajas y desventajas de un ETF inteligente

Los ETF pasivos normales reflejan índices, la mayoría de los cuales tienden a estar ponderados por capitalización. Esto significa que cuanto mayor es la acción, mayor es el porcentaje de ponderación que tiene en un índice y en el ETF al que sigue.

Uno de los principales inconvenientes de este planteamiento es que reduce la diversificación y deja los ETF repletos de los valores más sobrevalorados del mercado. Cuando estalla la burbuja, los inversores están muy expuestos, ya que son este tipo de empresas cuyas acciones tienden a caer con más fuerza. Sin embargo, esto no siempre puede considerarse una desventaja, ya que una ligera sobreponderación en un determinado sector o valor puede elevar el precio del ETF. Esto podría considerarse tanto una ventaja como una distancia, dependiendo de la tolerancia al riesgo de cada inversor.

Los ETF inteligentes mitigan este problema creando un conjunto de reglas que se utilizan para elegir los valores para el fondo y ponderarlos. Sin embargo, este trabajo extra tiene un coste adicional: La mayoría de los ETF inteligentes tienen ratios de gastos más elevados que los ETF estándar, así como ratios de rotación sustancialmente más altos.

 

Con el tiempo, unos coeficientes de gastos más elevados pueden mermar el crecimiento. Si un fondo de gestión pasiva tiene un ratio de gastos cuatro veces inferior al de un ETF inteligente, podría compensar la falta de ganancias y dar lugar a una rentabilidad global superior. Desde que se introdujeron los ETF, son populares por varias razones, pero sobre todo por su facilidad de uso, amplia exposición y bajos ratios de gastos. Por este motivo, es importante tener en cuenta la rentabilidad pasada del fondo en comparación con un ETF de gestión pasiva para asegurarse de que el ratio de gastos adicional está justificado.

 

Los ETFs  artificiales

El siguiente paso lógico en los ETF inteligentes son los ETF artificiales: ETF inteligentes elegidos y gestionados por programas informáticos que siguen unas directrices establecidas y analizan los fondos para encontrar los de mejor rendimiento dentro de las limitaciones de las reglas dadas.

El gran número de valores que pueden analizar los ETF artificiales les da ventaja sobre los ETF inteligentes gestionados tradicionalmente. De hecho, desde que comenzaron a introducirse en 2017, han logrado superar en gran medida al resto del mercado.

Los ETF artificiales tienen ventajas e inconvenientes. El beneficio más obvio es que, al emplear a menos personas para gestionar el ETF, los ratios de gastos suelen ser más bajos. Esto puede suponer una diferencia sustancial en el crecimiento a largo plazo.

 

Un inconveniente sería que la selección y ponderación del ETF se basa en un potente algoritmo. Aunque el algoritmo se actualice con regularidad, como ocurre en la mayoría de los casos, el inversor sigue invirtiendo en él, lo que, en caso de desviaciones, podría suponer una pérdida, ya que el algoritmo no es tanto una decisión tomada en una mesa redonda como, por ejemplo, un equipo de gestores de cartera que debaten las opciones y la tolerancia al riesgo.

 

 

¿Qué significa que un ETF esté gestionado activamente?

Cuando un ETF se gestiona activamente, significa que un gestor de cartera y su equipo supervisan el ETF y compran y venden productos para equilibrar el ETF de acuerdo con sus normas y directrices. Esto no es lo que suele hacer un ETF, ya que un ETF típico se gestiona de forma pasiva, lo que significa que, aunque hay alguien supervisando el ETF, sólo realiza ajustes cuando el ETF se desvía del índice o referencia que sigue.

 

 

En resumen, los ETF inteligentes pueden ser un buen complemento para la cartera de un inversionistas. Sin embargo, el inversor debe tener en cuenta las mayores ratios de gastos asociadas a los ETF inteligentes y el aumento del riesgo que asumen, ya que el ETF no sigue a la perfección un índice sectorial o general.

 

Una de las mayores ventajas de un ETF inteligente es que los valores se gestionan activamente, por lo que un gestor de cartera puede optar por incluir o excluir un valor en función de la estrategia de ese fondo, evitando potencialmente una pérdida. Como en todo, la intervención humana puede ser una ventaja o un inconveniente, y en el caso de los ETF inteligentes, todo depende de la tolerancia al riesgo de cada inversor.

 


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