inversión pasiva y activa en ETF

Los fondos cotizados (ETF) han ganado popularidad entre los inversores por su variada gama de opciones de inversión. A la hora de invertir en ETF, una decisión importante a tener en cuenta es si optar por una estrategia de inversión pasiva o activa. El objetivo de este artículo es ofrecer una visión global de la inversión pasiva y activa en ETF, analizando sus diferencias, ventajas y consideraciones.

 

ETF pasivos

Los ETF pasivos, también conocidos como ETF indexados, pretenden replicar la rentabilidad de un índice o referencia específico. Estos ETF mantienen una cartera de valores que reflejan la composición y las ponderaciones del índice subyacente. El objetivo principal es obtener una rentabilidad similar a la del índice.

Los ETF pasivos siguen un planteamiento basado en reglas. Su objetivo es captar el rendimiento global del mercado o de un segmento específico del mercado sin seleccionar activamente valores individuales. Las participaciones del fondo vienen determinadas por la metodología del índice, y los cambios se realizan cuando el índice se reequilibra o reconstituye.

 

Invertir en ETFs pasivos

 

Ventajas de los ETF pasivos

  • Amplia exposición al mercado: Los ETF pasivos proporcionan a los inversores exposición al mercado en general o a un segmento específico del mercado, lo que permite la diversificación a través de múltiples valores.
  • Costes más bajos: Los ETF pasivos suelen tener ratios de gastos más bajos en comparación con los fondos gestionados activamente, ya que no requieren una investigación activa ni una negociación frecuente.
  • Transparencia: Las participaciones de los ETF pasivos se divulgan periódicamente, lo que permite a los inversores conocer los valores subyacentes y sus ponderaciones.
  • Eficiencia fiscal: Debido a su baja rotación, los ETF pasivos suelen generar menos distribuciones de plusvalías, lo que se traduce en posibles ventajas fiscales.

 

ETF Activos

Los ETF activos difieren de los ETF pasivos en que su objetivo es superar la rentabilidad de un índice de referencia específico o alcanzar objetivos de inversión concretos. Estos ETF están gestionados por gestores de cartera profesionales que toman activamente las decisiones de inversión.

Los ETF activos emplean estrategias de inversión activas que implican análisis fundamentales, estudios de mercado y un seguimiento continuo de la cartera. El gestor de la cartera puede comprar y vender valores basándose en sus perspectivas de mercado, sus investigaciones y su experiencia inversora.

 

Ventajas de los ETF activos

  • Potencial de rentabilidad superior: Los ETF activos se gestionan con el objetivo de superar al mercado o alcanzar objetivos de inversión específicos. Los gestores de cartera cualificados pueden utilizar su experiencia para identificar oportunidades de inversión y navegar por las tendencias del mercado.
  • Flexibilidad: Los ETF activos tienen flexibilidad para desviarse del índice de referencia, lo que permite a los gestores tomar decisiones tácticas de asignación de activos en función de las condiciones del mercado.
  • Estrategia adaptable: Los ETF activos pueden responder rápidamente a los cambios en el mercado ajustando las tenencias de la cartera, capitalizando potencialmente las ineficiencias del mercado o las tendencias emergentes.
  • Acceso del inversor: Los ETF activos ofrecen a los inversores particulares acceso a una gestión profesional de las inversiones que tradicionalmente sólo estaba al alcance de los inversores institucionales.

 

Invertir en ETFs activos

 

 

Consideraciones sobre la inversión pasiva y activa

Riesgo y rentabilidad

El objetivo de los ETF pasivos es replicar la rentabilidad del índice subyacente, lo que se traduce en rendimientos muy próximos a los del mercado. En cambio, los ETF activos tratan de generar rendimientos superiores a los del índice de referencia. Las estrategias activas pueden implicar mayores niveles de riesgo debido a la posibilidad de que el gestor de la cartera se equivoque o no consiga superar al mercado de forma sistemática.

 

Costos y gastos

Los ETF pasivos suelen tener ratios de gastos más bajos que los fondos gestionados activamente. Los ETF activos suelen tener ratios de gastos más elevados debido a los costes asociados a la gestión activa, la investigación y la negociación.

 

Filosofía de inversión

Los inversores deben tener en cuenta su filosofía y preferencias de inversión. Los ETF pasivos se ajustan a un enfoque de inversión más pasivo, mientras que los ETF activos se dirigen a los inversores que buscan una gestión activa y la posibilidad de obtener rendimientos superiores.

 

Filosofía de inversión

 

 

Tiempo e implicación

Los ETF pasivos requieren menos tiempo e implicación, ya que siguen un índice de forma pasiva. Los inversores que prefieren un enfoque no intervencionista y no desean gestionar activamente sus inversiones pueden encontrar más adecuados los ETF pasivos. En cambio, los ETF activos pueden resultar atractivos para los inversores que disfrutan investigando y analizando oportunidades de inversión y están dispuestos a dedicar tiempo y esfuerzo a supervisar y tomar decisiones de inversión informadas.

 

Eficiencia del mercado

Los ETF pasivos parten del supuesto de que los mercados son eficientes y de que es difícil superar sistemáticamente al mercado a largo plazo. Esto concuerda con la hipótesis del mercado eficiente, que sugiere que toda la información disponible se refleja ya en los precios de los valores. Los ETF activos, sin embargo, cuestionan esta hipótesis y creen que la gestión activa puede generar rendimientos superiores identificando valores con precios erróneos o aprovechando las ineficiencias del mercado.

 


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